
Olvidarte es recordar que es imposible. Olvidarte, olvidarte. Incluso es más difícil que aguantarte. Si extraño tu neurosis y tus celos sin razón, ¿Cómo no extrañar tu cuerpo en mi colchón? Olvidarte es un intento que no lo deseo tanto. Porque tanto es que lo intento que me acuerdo mucho más. Y he llegado a sospechar que a mi afán de no acordarme es lo que me tiene enferma de recuerdos. Olvidarte es lo que espero para reanudar mi vida. Harta de seguir soñando con la posibilidad de que un día por error, o por pura curiosidad, le preguntes a un amigo/a por mis huesos.
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