miércoles, 21 de julio de 2010


No se cuantas cosas se pueden encontrar en el ojo izquierdo de una persona, pero se que en tus labios yo pude encontrar amor sin fin, y me hizo enloquecer. No se cuantas rosas te habrán regalado ya, pero tengo todavía la esperanza de saber que de todas esas rosas que te dieron ninguna fue de papel. Y te condena mi celoso corazón cuando le contas tu historia. Nunca conoció la gloria en cuestiones del amor. Y se que nunca se me va a olvidar tu voz aunque pierda la memoria. Con acercarse a la victoria se conforma un perdedor. Y te tendré que dejarte escapar, se que lo voy a lamentar. Pero te digo amor, que hay que saber cuando parar, cuando parar. Te digo amor; no te pongas triste corazón, que el sol no va a brillar, quédate tranquila que va a haber tiempo para bailar, para bailar.
No se cuantos ángeles te quieren ayudar, pero tengo la esperanza que ninguno va a poder desnudarte, no de cuerpo sino de alma, disfrutar ese placer. Y la verdad no se bien a que tengo miedo, nunca fui mucho de apostar. Una corazonada me dice; es hora de pagar. Y lo peor es que estos días ando seco, no tengo un peso para dar. Las lágrimas quiero guardarlas para mi juicio final. Y cuando tu cigarro se consuma sin parar siempre mi voz vas a escuchar, y ahí te vas a decir que hay que saber cuando parar, cuando parar. Te digo amor; no te pongas triste corazón, que el sol no va a brillar, quédate tranquila que va a haber tiempo para bailar, para bailar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario