lunes, 6 de junio de 2011

« ¡Síguelo!», gritaron cuerpo y alma al par.

Pero tuve miedo de amar con locura,

De abrir mis heridas que suelen sangrar,

Y no obstante toda mi sed de ternura,

Cerrando los ojos, lo dejé pasar.


Cobardía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario